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Caperucita Roja | Cuento infantil


Descubre el cuento clásico de Caperucita Roja, al final de la entrada encuentra el formato en PDF para imprimir.


 

Caperucita Roja | Cuento tradicional


Charles Perrault

Adaptación ©Miss Norbiel


Había una vez una niña llamada Caperucita Roja, que vivía en un pequeño pueblo rodeado por un espeso bosque. Un día, su madre le pidió que fuera a visitar a su abuela, que vivía al otro lado del bosque y le entregara una canasta con comida y algunos regalos.

Antes de partir, la madre de Caperucita Roja le advirtió que no se detuviera a hablar con extraños en el camino y que se mantuviera alerta en todo momento.

Caperucita Roja aceptó encantada y comenzó su camino a través del bosque, cantando y recogiendo flores en su camino. Pero pronto se encontró con un lobo astuto que le preguntó adónde iba y qué llevaba en su cesta.

–Voy a casa de mi abuelita. Vive al otro lado del bosque y le llevo comida y regalos –le contestó la niña.

–¡Oh, magnífico! Sabes, existen dos caminos, uno largo y uno corto, ¿me juegas unas carreras? Yo tomaré el largo y tú el corto –le dijo el lobo engañándola.

–Claro que sí –dijo Caperucita.

El lobo llegó primero a la casa de la abuela y la encerró en un armario. Una vez dentro, se disfrazó con la ropa de la abuela y se metió en su cama, esperando a que llegara Caperucita Roja.

Cuando Caperucita llegó a la casa de su abuela, notó que algo no estaba bien. La puerta estaba abierta y cuando entró, encontró al lobo disfrazado de su abuela.

Caperucita Roja le preguntó:

–Abuelita, ¿por qué tienes los ojos tan grandes?

–Es para verte mejor, mi querida –contestó el lobo.

–Abuelita, ¿por qué tienes las orejas tan grandes?

–Son para oirte mejor, mi querida –contestó el lobo.

–Abuelita, que dientes tan, tan grandes tienes.

–¡Son para comerte mejor! –dijo el lobo mientras se levantaba.

La niña, muy asustada, comenzó a gritar y correr hacia la puerta. Afortunadamente, unos leñadores que pasaban por allí se dieron cuenta del peligro y corrieron a ayudarla. Al ver a los leñadores, el lobo huyó rápidamente del lugar y nunca más se le vio por ese bosque. Los leñadores sacaron a la abuelita del armario y se aseguraron de que estuviera a salvo.


A partir de ese día, Caperucita Roja aprendió la importancia de seguir los consejos de su madre y se prometió a sí misma nunca olvidarlos de nuevo.


Además, reflexionó que no es seguro confiar en extraños y que es importante seguir las instrucciones de sus padres para mantenerse a salvo.

Fin


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